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Compartir en Facebook Compartir en Twitter Compartir en LinkedINHarira es la sopa marroquí tradicional que se toma como alimento para ‘romper el ayuno’ del Ramadán. Forma parte del patrimonio culinario del país magrebí junto con el cuscús y el tajine. Se trata de un plato popular, que se prepara hasta en el último rincón del país norteafricano... con variaciones, eso sí, y es que en cada hogar se hace de una forma.
-800 gramos de tomates maduros
-200 gramos de carne de ternera
-1 zanahoria
-1 rama de apio
-Un puñadito de perejil
-100 gramos de garbanzos cocidos
-80 gramos de lentejas (remojadas de la noche anterior)
-Un puñado de fideos
-Especias al gusto. En mi caso, utilizo una cucharadita corta de café de los siguientes ingredientes: jengibre, comino, ras el hanout y papikra
-2 cucharadas de harina
-1 litro de agua
-Aceite de oliva y sal
En primer lugar, quitamos las pepitas a los tomates, batiéndolos junto con el apio troceado hasta hacerlos puré. A continuación, partimos tanto la carne de ternera como la zanahoriaen tacos pequeños, de forma que se puedan comer fácilmente con la cuchara.
Seguidamente, echamos todo lo preparado en una olla, a la que agregamos el aceite, poniéndolo a fuego medio hasta que empiece a hervir. En ese momento le añadimos un vaso de agua, el perejil (muy picado), la sal y las especias, dejándolo cocinar durante 15 minutos.
Mientras que se cocina todo, aprovecharemos para realizar la tarea, con diferencia, más entretenida de todas: pelar los garbanzos cocidos. Obviamente, lo de entretenida va acompañado de cierto tono sarcástico: no resulta nada ameno pelar uno por uno todos los garbanzos. Pero si no lo hacemos, echaremos a perder la característica textura de la harira.
Transcurrido el tiempo de cocción añadimos los garbanzos pelados, las lentejas y medio litro de agua, volviendo a dejarlo hervir otros 20 minutos.
Por último, cogemos la harina, diluyéndola en un vaso de agua fría y añadiéndola a la sopa junto a los fideos. Es fundamental que este proceso se realice removiendo continuamente, a fin de evitar grumos. Por otro lado, la cantidad de harina indicada es sólo orientativa, y dependerá de gustos (fundamentalmente, si os gusta más espesa o menos) pero no debéis pasaros u os arriesgaréis a que la sopa resulte muy seca.
Ya sólo quedará probarla hasta dejar el cuenco tal y como aparece en la foto! Un último consejo: si la vais a comer de un día para otro no le añadáis apenas fideos, ya que absorberán el caldo y no quedará, ni por asomo, igual de buena.
Formas de cocinar la harira hay tantas como casas en Marruecos, al ser un plato adaptable, íntimamente ligado a la cultura del país y de consumo frecuente. Además de lo que concierne a la harina y las especias (haciéndola más o menos espesa o especiada), hay quien la prefiere con más o menos verduras (quitando algunas, como la zanahoria, o añadiendo otras, como el nabo o el calabacín).
Lo mismo ocurre con la carne, ya que acepta cualquier tipo. Con garbanzos o sin él, arroz en lugar de fideos,… las posibilidades son infinitas.
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