La mejor representación del espíritu innovador de Marqués de Riscal y su mundo de sensaciones es, sin duda, el edificio diseñado por el famoso arquitecto canadiense Frank O. Gehry, quien ha creado una obra, que aunque llena de formas, está en perfecta sintonía con el paisaje de la zona. 

Los viñedos de estas tierras de la Rioja alavesa, la antiguas bodegas de Marqués de Riscal y su extensa tradición y por supuesto sus caldos, han inspirado a Gehry para dar lugar a una obra sin precedentes en el mundo en la arquitectura y por supuesto, en el de las bodegas.

Al igual que el Museo Guggenheim, el edificio diseñado por Gehry está recubierto de titanio, aunque en este caso, el arquitecto ha querido impregnar su obra de los colores representativos de Marqués de Riscal: rosa, como el vino tinto, oro, como la malla de las botellas de Riscal, y plata, como la cápsula de la botella. 

En la zona más bella de Rioja Alavesa, situada a los pies de la Sierra de Cantabria, se levanta la silueta extraordinaria de Ysios. La bodega sorprende y fascina al que visita esta tierra privilegiada, considerada como una de las mejores zonas del mundo para el cultivo de la vid.

El arquitecto Santiago Calatrava la diseñó a través de la sublimación de las líneas de una hilera de barricas. Al igual que su interior, que también sigue su estela vanguardista.  Aunque la bodega del grupo Pernod Ricard se ha tenido que someter a diversar reformas para solventar graves fallos estructurales en su cubierta (y por los que el arquitecto valenciano se enfrenta a una demanda), lo cierto es que Ysios es un icono en la Rioja alavesa.

A las afueras de la villa de Laguardia y con la sierra de Cantabria como telón de fondo, la inmensidad de sus dimensiones y su estructura sinuosa y ondulada la han convertido en el buque insignia de la D.O. Rioja en el siglo XXI.

En plena Ribera del Duero, en la localidad burgalesa de Gumiel de Izán, se han inaugurado recientemente las nuevas y flamantes Bodegas Portier, pertenecientes al Grupo Faustino.

Es uno de los mayores hitos arquitectónicos a orillas de la A-1, si no el único, desde que se inauguró en 2010. Y un estandarte de contemporaneidad en la D.O. Ribera del Duero.

La bodega ha sido diseñada por el británico sir Norman Foster, quien tras recibir el encargo se marchó un año a vivir entre vides. La inspiración le llegó en forma de flor con tres pétalos. En uno fermentaría el vino. En otro se apilarían las barricas. Y en el tercero dormirían las botellas en una estructura vertical única en el mundo. Todo ello, a base de hormigón, cristal, roble y acero.

Las legendarias bodegas Protos en Peñafiel también presumen de firma.  Las magníficas instalaciones han sido diseñadas por sir Richard Rogers, el arquitecto detrás de la T4 de Madrid, del Centro Pompidou de París o del Millennium Dome de Londres, por citar solo alguno de sus proyectos más destacados.

A su estudio Rogers Stirk Harbour + Partners se le encargó la ampliación de esta cava centenaria: un anexo de 20.000 m2, con capacidad de almacenaje de 3,5 millones de botellas y 5.000 barricas. Está comunicada con la antigua bodega y sus 1.500 metros de galerías subterráneas mediante dos túneles.

Esta forma modular rompe el volumen y escala global del edificio, creando una estructura que esta en sintonía con los edificios adyacentes, el paisaje circundante e imita a barricas que nacen de la tierra.

Cuando la familia Chivite compró Señorío de Arínzano en 1988 eligió al prestigioso arquitecto, Rafael Moneo, único Premio Pritzker español (el Nobel de la arquitectura), artífice de la compleja ampliación del Museo del Prado en Madrid, el multiusos Auditorio Kursaal de San Sebastián, que acoge cada año su festival de cine, o la reciente ampliación de la Estación de Atocha en Madrid. 

Entrar en el Señorío de Arínzano es sumergirte en un mar de 355 hectáreas de viñedo ordenado por parcelas de distintas variedades de uva, de las que a su vez 128 están dedicadas a la producción de vinos de la más alta categoría “Pago”.

Un total de 1000 hectáreas conforman esta inmensa finca, que acoge una relevante herencia histórica que data del siglo XVI y que Moneo tuvo que aunar, desarrollar  y enlazar con estructuras arquitectónicas del siglo XXI.

Juan Manuel Herranz y Marta Parra, de Virai Arquitectos, firman la bodega institucional La Grajera, en Logroño. Fué inaugurada en 2011, la bodega  es un centro del Gobierno de La Rioja que conjuga en su planteamiento una triple función: la productiva, la institucional y la divulgativa del vino de Rioja.

Está ubicada en la Finca de La Grajera, a seis kilómetros de Logroño, en un entorno de viñedos, olivares y zonas naturales. El edificio dispone de un pionero sistema de aprovechamiento geotérmico que lo convierte en modelo de eficacia energética.

La bodega se estructrura en tres volúmenes que se adaptan y redefinen el terreno en el que se asientan: la sede, un cuerpo alargado de cerámica oscura; el área de producción, en madera y vidrio; y el edificio para usos administrativos.

En Samaniego (Álava) está la bodega Baigorri, diseñada por Iñaki Aspiazu. Está construida a ras de suelo, sobresaliendo tan sólo una enorme caja de cristal que se ilumina completamente a la caída del sol.

Sobre la carretera A-124 de Vitoria a Logroño, salvando las distancias de protección viales, se crea una plataforma de servicios y aparcamientos en su inferior y a través de una pasarela volada se accede a una caja acristalada que acoge al visitante. Aislada mediante una lámina de agua permite la percepción de una vista espléndida de las viñas circundantes, de la localidad de Samaniego y de la Sierra de Cantabria.

El resultado es interesante tanto desde el punto de vista funcional como desde el artístico. Si bien Aspiazu puso la arquitectura al servicio de la enología, no renunció a sus cualidades formales, y logró una bodega muy atractiva, práctica pero con indudable valor estético.

También en Rioja alavesa abre las puertas la bodega de hormigón, madera y acero inoxidable del arquitecto bordelés Philippe Mazieres para Viña Real, marca creada por CVNE (Compañía Vinícola del Norte de España) en 1920.

El edificio principal, una gigantesca tina circular de dos plantas donde se cuela la luz natural, se construyó sobre el Cerro de la Mesa. Aprovechando lo singular del terreno, se perforaron dos túneles destinados a zona de crianza (en botellas y en barricas) además de agregar dos módulos para almacén y catas,  todo ello de hormigón, madera y acero inoxidable

La obra de Mazières, que ofrece vistas inmejorables de los viñedos que rodean la villa de Laguardia

La Bodegas iniciada en 1892, por Rafael Lopez de Heredia, quien tras el cierre de las fronteras con Francia decide comenzar a elaborar vino, primero con uvas procedentes de las viñas de la región y posteriormente, adquiriendo terrenos donde plantar sus propios viñedos, completando así el proceso productivo.

Con motivo de su 125 aniversario y para conmemorar tantos años dedicados a la elaboración de vinos de calidad generación tras generación, decidieron “regalarse” un lujo arquitectónico. Una joya del modernismo dentro de una bodega del XIX es el proyecto de la arquitecta iraquí Zaha Hadid para Viña Tondonia de López de Heredia en Haro , La Rioja.

Hoy la estructura forma parte permanente de la bodega pues integra tradición y modernidad, vino y estética, naturaleza y arquitectura. Un apéndice del edificio original cuya silueta ondulante se asemeja a una frasca y que alberga la tienda y las salas de cata. 

Las bodegas Qumrán de Jesús Solís Calderón, fundadas en 2006 en la prestigiosa milla de oro de la Ribera del Duero y diseñadas por el estudio de arquitectura Konkrit Blu respetan al máximo la forma tradicional de elaborar el vino, se adecúan a la orografía del terreno y combinan sistemas de ahorro energético.

El paisaje se presenta en toda su amplitud. Es en una pequeña loma dentro del paraje natural del Valle del Duero, donde se sitúa el proyecto. Una zona de orografía y contornos suaves, destinada casi en su totalidad a la producción vitivinícola y ganadera.

La bodega se emplaza en el culmen del denominado Pago de las Bodegas, lo que proporciona resguardo frente las heladas y excelentes vistas; se encaja en el extremo S-O, en una zona árida y poco funcional debido a una formación silíceo-rocosa localizada en el subsuelo, que conforma un desnivel de cuatro metros. Alrededor, campos de viñedo que se funden con pinares.