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Compartir en Facebook Compartir en Twitter Compartir en LinkedINNavarra y La Rioja, junto con algunas provincias de Castilla y León, son los escenarios naturales del cardo. Tiene sentido que una conserva de este tipo se produzca en zonas de La Rioja, ya que esta región alberga una gran tradición en el sector. De hecho, la primera fábrica de conservas vegetales de España se inauguró en Logroño allá por el año 1850.
Las partes comestibles de los cardos son las “pencas”, es decir, los peciolos de las hojas. Las más suculentas son las pencas internas y tiernas, un verdadero prodigio de sabor.
La conserva de cardo se presenta en frascos que contienen porciones ya cocidas y listas para arreglar. Día a día, los cardos se están haciendo más populares en el recetario español por su calidad, ésta viene asociada al grado de blanqueo, operación que se consigue impidiendo la penetración de la luz solar y por tanto la formación de clorofila; de esta forma se consigue el blanqueo en las hojas interiores del cogollo.
El cardo es un alimento de bajo contenido energético y sin grasa. Es fuente de potasio, mineral que contribuye al mantenimiento de la tensión arterial normal. Además posee calcio y hierro pero estos minerales no se asimilan tan bien como los contenidos en alimentos de origen animal. Su contenido vitamínico es escaso, siendo la vitamina C la más elevada, aunque esta puede perderse durante el proceso de envasado.
Los comentarios nutricionales de los alimentos se refieren exclusivamente al alimento genérico, sin indicación de marca, y están basados en el Reglamento (CE) Nº 1924/2006 del Parlamento Europeo y del Consejo de 20 de diciembre de 2006 relativo a las declaraciones nutricionales y de propiedades saludables en los alimentos. Las declaraciones de salud indicadas son las relativas al Reglamento (UE) Nº 432/2012 de la Comisión de 16 de mayo de 2012 por el que se establece una lista de declaraciones autorizadas de propiedades saludables de los alimentos distintas a la relativas a la reducción de riesgo de enfermedad y al desarrollo y la salud de los niños.
Las cantidades indicadas son referidas a 100 gramos de porción comestible del alimento (parte que realmente se come (peso neto), es decir, aquella que queda después de quitarle la cáscara, hueso, piel o espinas, según el caso). Para los comentarios nutricionales, se han utilizado como referencia principalmente las Tablas de Composición de Alimentos de Olga Moreiras y col. 16ª Edición. 2013.
El sorprendente gusto del cardo se complementa con vinos tintos ligeros y de poca madera de La Rioja, Navarra, Extremadura, Castilla-La Mancha y El Bierzo.
Los caldos, también tintos, sin madera, ligeros y de moderada graduación alcohólica, como los de Ribeira Sacra, Binissalem, El Hierro o Tacoronte, armonizan muy bien con este producto.
Fuente: Guia Repsol
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