Vongerichten comenzó su formación poco después en un programa de trabajo y estudio en el Auberge de l'Ill como aprendiz del chef Paul Haeberlin . Luego pasó a trabajar con los mejores chefs en Francia, incluidos Paul Bocuse y Louis Outhier en L'Oasis en el sur de Francia.  

Vongerichten llegó a los Estados Unidos en 1985 bajo los auspicios del chef consultor Louis Outhier, abriendo el restaurante Le Marquis de Lafayette en Boston . Un año más tarde llegó a Nueva York para asumir el puesto de Chef ejecutivo en Lafayette en el Drake Swissôtel, generando aclamaciones críticas con su innovadora interpretación de la cocina francesa clásica y ganando cuatro estrellas de The New York Times a la edad de 29 años.

Fué entonces cuando se reunió con el financiero Phil Suárez, un fiel cliente de restaurantes y formando sociedad abrieron el restaurante , JoJo, en 1991. JoJo fue nombrado Mejor restaurante nuevo del año y obtuvo tres estrellas de The New York Times , en el que la crítica gastronómica Ruth Reichl afirmó: "Su comida me dejó sin aliento. ".

Su próximo restaurante  Vong, rindió homenaje a su pasión por las especias y los sabores de Oriente. Utilizando más de 150 hierbas y especias diferentes para crear su versión de la cocina francesa de inspiración tailandesa, el menú de Vong impresionó a los críticos y obtuvo otra crítica de tres estrellas de The New York Times por su "comida explosiva y sabrosa".

En un espacio adyacente a Vong, Vongerichten también abrió The Lipstick Cafe, atendiendo a la multitud de negocios del centro de la ciudad y sirviendo desayuno y almuerzo en un ambiente informal y exclusivo.  

En marzo de 1997, Vongerichten abrió el restaurante Jean Georges en el Trump International Hotel and Tower , obteniendo una reseña de cuatro estrellas del New York Times menos de tres meses después de la inauguración y el "Premio Chef del año" de John Mariani en Esquire .

El restaurante Jean Georges también recibió una calificación de tres estrellas de la Guía Michelin , una distinción que tuvo el restaurante hasta 2017, cuando la calificación del restaurante se redujo de tres estrellas a dos. 

Frank Bruni de The Times dijo de él que ofrece "elegancia accesible", brindando "indulgencia clásica francesa con un toque contemporáneo". Sus restaurantes intercambian "la riqueza de la cocina tradicional francesa por un tipo diferente de intensidad", agregó, elimina "salsas espesas". y abraza aceites y caldos, prefiriéndolos por su ligereza y por la forma en que liberan sus aromas, como el perfume de hierba de limón que se levantó de un baño de hierbas asiáticas y semillas alrededor de un tartine de langosta delicadamente horneado

Jean-Georges Vongerichten a menudo está considerado como un “genio”, un “gran maestro de la gastronomía”. En su legendario restaurante de Manhattan, el Chef francés sirve, en un marco inspirado por el Zen, “cocina thai-french” que se reinventa cada trimestre.

Una fusión que engendra platos extraordinarios: tallarines de atún amarillo con aguacate, rábanos especiados y marinada de jengibre; foie gras, muesli con cerezas ácidas, vinagre balsámico añejo y acedera; o tarta de chocolate y helado de vainilla en rama de Jean-Georges. El toque final de cada plato se da en la mesa, una manera original de despertar los sentidos y desvelar algunos secretos del Chef.