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Compartir en Facebook Compartir en Twitter Compartir en LinkedINLas Paciencias, unas deliciosas galletitas hechas con clara de huevo y con un delicado sabor a limón, son unas de las más conocidas de Soria. Son originarias del municipio de Almazán y sus fans incondicionales dicen que se parecen más a un caramelo que a una galleta.
Esto se debe a que la forma recomendada de tomarlas es dejándolas durante unos segundos en la boca antes de empezar a masticar. De esta forma se consigue que los sabores se fundan y gracias a ello resultan todavía más adictivas.
4 huevos M
200 g. de azúcar
Una pizca de sal
250 g. de harina de trigo de todo uso
La ralladura de la piel de un limón
Precalentamos el horno a 240º C. Separamos las claras de las yemas de los 4 huevos y batimos las claras con varillas eléctricas y vamos añadiendo el azúcar poco a poco sin dejar de batir. Batimos bien hasta conseguir un merengue consistente.
Añadimos la harina con un tamizador o colador y la pizca de sal. Añadimos también la ralladura de la piel de limón (lavamos el limón antes de rallarlo). Mezclamos con una espátula y movimientos envolventes para mantener la textura.
Pasamos la mezcla a una manga pastelera.
Forramos la bandeja del horno con papel vegetal y sobre el papel ponemos porciones de masa de 1,5cm de diámetro aproximadamente.
Horneamos 4-5 minutos vigilando que no se quemen en la bandeja central con calor arriba y abajo. Una vez horneadas, retiramos a una rejilla hasta que se enfríen totalmente.
El paso más importante para realizar correctamente esta receta es el de montar las claras de huevo. No es tan difícil como parece, solo hay que tener en cuenta dos elementos: la temperatura y el ácido. Los utensilios de cocina que se utilicen, las varillas de la batidora y el recipiente, deben estar perfectamente limpios y secos.
Los huevos es mejor que estén a temperatura ambiente y que no estén recién puestos. Hay que separar las claras de las yemas, se pueden guardar estas para otra elaboración, y añadir un chorrito de limón o vinagre y sal a las claras para que monten mejor.
Conseguir el punto exacto también es cuestión de velocidad. Es mejor empezar por una velocidad lenta hasta que se forme un poco de espuma. En ese momento añadir el azúcar, poco a poco, luego aumentar la velocidad.
Se sabrá que las claras están montadas cuando podamos dar la vuelta al recipiente y estén tan sólidas que no se caigan. Dejar de batir en ese momento para que no se corten.
Para incorporar la harina tamizada a la clara montada hay que hacer movimientos envolventes. Si removemos de forma convencional podemos provocar que baje el volumen. Recomendamos que se use una lengua de silicona no demasiado flexible.
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