Ingredientes:

1 litro de leche
150 gramos de azúcar
100 gramos de harina
4 yemas de huevo
Canela en rama
Canela en polvo
Corteza de limón
Aceite para freír
Azúcar glas (opcional)

Instrucciones:

En una cacerola grande, calienta la leche junto con la canela en rama y la corteza de limón. Lleva a ebullición y luego retira del fuego. Deja que la leche repose durante unos minutos para que los sabores se infundan.

En un bol aparte, mezcla las yemas de huevo y el azúcar. Bate bien la mezcla hasta que esté suave y cremosa.

Agrega la harina a la mezcla de yemas y azúcar, y mezcla hasta obtener una masa homogénea.

Retira la canela en rama y la corteza de limón de la leche caliente. Luego, vierte la leche caliente poco a poco sobre la mezcla de yemas, azúcar y harina, removiendo constantemente para evitar la formación de grumos.

Vuelve a verter toda la mezcla en la cacerola y cocínala a fuego medio-bajo, removiendo constantemente con una cuchara de madera. La mezcla comenzará a espesarse y adquirir una consistencia similar a la de un pudín.

Una vez que la mezcla esté lo suficientemente espesa, viértela en un recipiente plano previamente engrasado. Extiende la mezcla uniformemente y deja que se enfríe a temperatura ambiente.

Una vez que la mezcla esté fría y firme, córtala en trozos rectangulares o cuadrados.

Calienta suficiente aceite en una sartén profunda para freír los trozos de leche. Cuando el aceite esté caliente, fríe los trozos de leche hasta que estén dorados y crujientes por ambos lados.

Retira los trozos de leche frita de la sartén y colócalos sobre papel absorbente para eliminar el exceso de aceite.

Espolvorea los trozos de leche frita con canela en polvo y azúcar glas al gusto.

Sirve la leche frita caliente como postre.