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Compartir en Facebook Compartir en Twitter Compartir en LinkedINEl terreno de las sartenes es todo un mundo. Las hay de diferentes materiales, como hierro fundido, acero inoxidable o teflón y cada una de ellas tiene unas características concretas que debemos valorar en función de nuestras necesidades.
Las de hierro alcanzan una temperatura muy alta, que se mantiene mientras las usamos, así que resultan una buena opción para cocinar algunos alimentos, como la carne. Además, son muy duraderas. Pero no todo son ventajas. Son muy pesadas, poco antiadherentes y relativamente caras.
Una de las cosas que más valoramos es que los alimentos no se peguen, así que solemos decantarnos por las sartenes de teflón. Aunque, por otra parte, existen muchos rumores sobre este material, así que hay personas que desconfían y eligen otras opciones como la cerámica. Sin embargo, estas últimas no son tan antiadherentes y transmiten peor el calor.
El teflón no es una mala opción si nuestra prioridad es la antiadherencia de la sartén. En realidad “teflón” es una marca comercial. El nombre del material es politetrafluoroetileno (PTFE) y, a pesar de las sospechas que despierta entre una parte de la población, no es cancerígeno, sino seguro. De hecho, se utiliza habitualmente en marcapasos e implantes médicos debido a que se trata de un material inerte, además de flexible y antiadherente.
Por lo general, los rumores en torno a las sartenes de este tipo no se refieren al teflón (PTFE), sino a otro, llamado ácido prefluorooctanoico (PFOA), que tradicionalmente se ha utilizado para unir dicho teflón (PTFE) al cuerpo de la sartén. Se trata de un material potencialmente tóxico pero, al encontrarse bajo la superficie de la sartén, no existe riesgo. Y en caso de que la sartén esté rayada, ese riesgo no es preocupante. En cualquier caso, dentro de tan solo unas semanas ese material dejará de estar permitido para ese fin, así que muchas de las empresas que fabrican sartenes dejaron de utilizarlo hace ya mucho tiempo.
Cuando la superficie presente daños. Si está rayada, los alimentos se pegarán y será difícil de limpiar, lo que puede favorecer el crecimiento de patógenos. Los desprendimientos de teflón no son demasiado preocupantes en sí mismos porque se trata de un material inerte que no es digerido, aunque no es recomendable llegar a ese extremo.
También se recomienda cambiar de sartén cuando su integridad esté afectada. Lo más común es que acabe abombándose el fondo, sobre todo en sartenes de poca calidad y que sometemos a cambios bruscos de temperatura. El abombamiento no solo es un incordio a la hora de cocinar debido a la inestabilidad de la sartén, sino que también puede resultar peligroso por el riesgo de quemaduras. Además, al no distribuirse bien el calor por toda la superficie, los alimentos cercanos a los bordes pueden quedar poco hechos y eso puede aumentar el riesgo de sufrir una toxiinfección alimentaria.
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