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Compartir en Facebook Compartir en Twitter Compartir en LinkedINLa caponata siciliana, uno de los platos más reconocidos y célebres de la bella Sicilia. Dicen que existen más de treinta variedades en toda Italia, pero eso sí, todas tienen en común ¡la verdura!, entre la que destaca como protagonista principal la berenjena. Este guiso se sirve en la actualidad como una guarnición.
1 kg de berenjenas negras
200 gr. de aceitunas verdes sin hueso
50 gr. de alcaparras desaladas
2 cebollas
3 ramas de apio
2 dientes de ajo
1 kg. de tomates
2 cucharadas de azúcar
50 ml. de aceite de oliva virgen extra para dorar las berenjenas
4 cucharaditas de vinagre blanco
Sal y pimienta negra recién molida (al gusto)
50 ml. de aceite de oliva virgen extra para el resto de la receta
Lavamos las berenjenas y les quitamos el sombrero o tallo superior. Las cortamos en dados de unos 2-3 centímetros y las dejamos en un bol grande con abundante sal y un chorrito de aceite de oliva virgen extra.
Dejamos reposar unos 30 minutos para que suelten parte de su agua y que no queden tan amargas.
Pasamos los trozos de berenjena por agua fría y los escurrimos muy bien ayudados por papel absorbente. En una cazuela echamos aceite de oliva virgen extra y cuando empiece a calentarse añadimos las berenjenas.
Las freímos hasta que queden doradas. Es importante que cuando las friamos no haya demasiado aceite en la cazuela porque entonces quedaran muy duras y no nos interesa.
Picamos finamente el apio que incorporaremos a la cazuela con la berenjena. Utilizamos tanto los tallos como las hojas, el apio debe quedar en cuadraditos más pequeños que los de la berenjena.
Troceamos la cebolla en cuadrados pequeños. La vamos a rehogar a fuego suave en una sartén aparte con un buen chorro de aceite de oliva unos 5-8 minutos. Una vez pochadita añadimos a la cazuela.
Pelamos los tomates y rallamos la pulpa de 4 de ellos. Los otros 3 los vamos a trocear en cuartos grandes.
En la misma sartén donde hemos preparado la cebolla, echamos el ajo picado, y en cuanto empiece a dorarse, añadimos la pulpa de tomate. Cocemos suave unos 5 minutos hasta que evapore parte del agua y comience a espesar.
Añadimos el resto del tomate en dados grandes que tenemos reservado y mezclamos bien. Así tendremos dos tipos de textura, el sabor del tomate en salsa y de los trozos de tomate casi crudo.
Reservamos hasta el final de la receta.
Añadimos a la cazuela las aceitunas deshuesadas, las alcaparras, el vinagre, el azúcar, una pizca de sal y pimienta negra recién molida.
Cocemos a fuego suave durante 5 minutos más. Nos quedaría añadir el tomate que tenemos en la sartén y mezclamos todo bien.
Apartamos del fuego, con el calor residual de la cazuela se acabará de hacer en unos 5 minutos de reposo para que se junten todos los sabores. Probamos de sal y si es necesario añadimos un poquito más.
Se puede comer caliente pero también está excelente servida fría.
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