Carlos Lana, el director de Magma Cultura, la empresa española ganadora del concurso de ideas para llevar a cabo el proyecto, asegura que su proyecto está alejado de la restauración y que trata la gastronomía en un sentido más amplio.

Los amantes de la historia encuentran en la sala Bon Appétit el origen de la gastronomía lionesa, que descansa en la memoria de las madres Brazier y Fillioux.

Las viudas abrieron a finales del siglo XIX sus restaurantes, donde se formó el padre de la "nouvelle cuisine", Paul Bocuse, al que se dedica un espacio alrededor de los esculturales fogones donde el chef cocinó sus estrellas.

Rodeado de las centenarias estanterías de madera de la que fuera farmacia del hospital, el visitante viaja por la historia del Grand Hôtel-Dieu y los hitos médicos del reputado hospital gracias a reconstrucciones en maquetas con representaciones virtuales.

La historia deja paso al futuro en el espacio dedicado a reflexionar sobre la introducción de insectos en la dieta, la tecnología que permitirá imprimir la comida o hacer crecer un filete en una placa de laboratorio dentro del frigorífico, mientras las lechugas crecen en el salón.

Sentado en un cómodo sofá el espectador escucha a través de un teléfono banana a una experta culinaria, a un antropólogo de la alimentación humana o al chef tres estrellas Regis Marcon.

El viaje continúa por el Atlas mundial de la Gastronomía, que muestra de forma interactiva el origen de los alimentos conectados con las recetas y ritos de la cultura de la que proceden.

Las exposiciones temporales abordan de forma detallada y experimental diferentes temas, el primero de los cuales está dedicado a los cereales en cada parte del planeta.

La sala "Miam Miam!" hace las delicias de los niños y los adultos más juguetones, gracias a un colorido mobiliario en diferentes escalas con una gran olla convertida en una experiencia olfativa, unas fauces que enmarcan una pantalla de videojuegos o una divertida cocina para explorar alimentos y fomentar la educación nutricional.

"À table!" (A la mesa) es una oscura sala audiovisual interactiva para poner en valor los mercados, los productores y las regiones gastronómicas que valieron en 2010 a la gastronomía francesa su ingreso en la lista del Patrimonio Inmaterial de la Humanidad de la Unesco.

Abierta a los visitantes, una gran cocina invita a interactuar con los chefs y la experta en nutrición para conocer el proceso culinario de los platos que están cocinando, las propiedades de los alimentos y las materias primas empleadas, que variarán con los chefs invitados cada año a dirigir esos fogones.

"El objetivo de la demostración es vivir una experiencia aquí con nosotros y degustar pequeños platos elaborados con productos de temporada. No son comidas servidas en la mesa", insiste Marcon, presidente de la organización estratégica de la Ciudad Internacional de la Gastronomía.

La de Lyon es la primera de las cuatro Ciudades de la Gastronomía programadas en Francia: París tendrá una centrada en productos y mercados en su mercado de abastos de Rungis; Dijon, en la Borgoña francesa, abordará otra sobre la viticultura; y Tours, en el sur de la capital, sobre ciencias humanas y sociales.

Elisa Dezvas