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Compartir en Facebook Compartir en Twitter Compartir en LinkedINPorque no hay cena navideña sin final dulce. En este artículo repasamos lo postres más famosos de Europa impresdicibles para estas fechas.
Las Springerle alemanas parecen más una obra de arte que un simple dulce. Lo especial de estas galletas es su estampado, su cuidado relieve que impresiona nada más verlo. Para ello se utilizan moldes especiales que pueden ser de mader, cerámica o plástico. Las galletas se dejan secar hasta un día entero para que los relieves se impriman bien. Sus ingredientes son básicamente huevos, azúcar glas y harina y se aromatizan tradicionalmente con anís.
Su tapa de masa enrejada la desvela rápidamente. Estamos ante una deliciosa Tarta Linzer, considerada por muchos como una de las tartas más antiguas del mundo (su primera mención data del siglo XVII). Es todo un clásico en Navidad, sobre todo en Austria y Hungría donde las preparan en pequeñas tartaletas. Va rellena de frutas, especias y almedras.
Los daneses esperan a la Navidad para sacar uno de sus mejores postres: la Risalamande. Es una especie de arroz con leche mezclado con nata montada, vainilla y almendra picada. Para acompañar, una buena salsa de cereza o frambuesa. Al igual que ocurre con el roscón de Reyes en España, los daneses esconden un regalito en su interior. En este caso es una almendra entera que otorga a quien la encuentra un pequeño regalito.
Los romanos fueron los primeros en descubrir las delicias gustativas del Panettone, un dulce navideño que nunca falta en las mesas de los hogares italianos. Ni tampoco en muchos otros del mundo. Este bollo brioche es cada vez más internacional y compite con polvorones, mazapanes y turrones.
Estrellas, lunas, corazones... Las galletas no pueden faltar en cualquier mesa suiza navideña; las imprescindibles son las Mailänderli, hechas con manquetilla y aromatizadas con rayadura de limón y las Zimtsterne, estrellas de canela
Cuando llega la Navidad, los croatas preparan una especie de buñuelos llamados Fritule. Van rellenos de una masa con pasas y se aromatizan con brandy y cáscara de cítricos.
Los franceses endulzan su Nochebuena con su Bûche de Noël. Su nombre viene de su decoración: parece un tronco que vaya a echarse a la chimenea. En lugar de eso, este esponjoso bizcocho termina en nuestra boca. Saborea bien su generosa crema de mantequilla de chocolate y su bizcocho genovés. Hay quien lo prepara con mazapán e incluso con helado.
Este rico dulce que se convierte en el protagonista indiscutible de la sobremesa cada 6 de enero (en algunos hogares se tiene la costumbre de comerlo el día 5 por la tarde, en la víspera del día de Reyes), hay lacostumbre de introducir un haba creando alrededor de este riquísimo dulce toda una parafernalia en la que el afortunado al que le salía la figurita era coronado como el ‘rey de la fiesta’ y al que le salía el haba debía pagar el postre, a la vez de ser nombrado por todos como el ‘tonto del haba’
La esencia navideña en Irlanda tiene nombre: plum pudding. Se trata de un dulce cuya receta trasciende de generación a generación. Se hace principalmente con frutas, cítricos y frutos secos. Su largo periodo de cocinado es todo un ritual. Por ejemplo, se suele dejar secar colgado de un gancho durante semanas para reforzar su sabor. Hay quien le añade alcohol como brandy o incluso cerveza negra.
Si buscamos un postre navideño en la cultura eslovena ese es, sin duda, la potica. Se trata de un bollo enrollado y horneado que se prepara sobre todo para las Pascuas. El más tradicional es el de nueces, conocido como rehova potica; aunque también lo hay de avellanas, pasas y otros frutos secos.
En Finlandia preparan unos pequeños hogaldres con forma de molino de viento conocidos como Joulutorttu. El relleno puede ser de diferentes tipos de fruta, aunque lo tradicional es utilizar mermelada de ciruelas.
Los griegos son muy golosos y no podían prescindir de un buen dulce en Navidad como son los melomakaronos. Se tratan de pequeñas galletas cubiertas de almíbar de miel, aunque también suelen llevar cáscara de naranja, azúcar, sémola, canela o brandy.
Otro dulce que provoca que se nos haga la boca agua en Navidad es el Makowiec. Típico de Polonia, este bollo enrollado ofrece toda una explosión de sabores en su interior: lleva una crema de semillas de amapolas, pasas, naranja, nueces, almendra, azúca y zumo de limón entre otros ingredientes.
Con forma de 'S' y con un color amarillo que rápidamente llama nuestra atención, los Lussekatter son en Suecia toda una tradición culinaria que se prepara para el día de Santa Lucía (el 13 de diciembre). Lo tradicional es que este pan de azafrán lleve en el centro una uva pasa.
Los ingleses son los reyes de la repostería y de los dulces. Y en Navidad lo vuelven a demostrar con su popular trifle. Este postre tan colorido lleva varias capas: la base se hace con un bizcocho muy esponjoso lleno de crema custard, frutas o gelatina. A veces se aromatiza con un poco de vino.
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