Deconstrucción
Empezamos por el principio. El ya mencionado Ferrán (con apellido Adrià, ya saben) se alejó de la cocina francesa en la que se basaba para centrarse en sus raíces, los platos catalanes. Pero no quería que en el Bulli de Cala Montjoi se comiera lo mismo que en los pueblos de la redonda. Decidió usar la técnica de la deconstrucción, es decir, conseguir que el comensal no reconociera el plato por los ojos pero sí a través del gusto. Las armonías, los sabores y los ingredientes se mantienen, no así las texturas, las formas y las temperaturas. Esta técnica es, por tanto, la que recoge a todas.